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sábado, 9 de octubre de 2010


HISTORIA REGIONAL Y ARCHIVOS*

Los documentos trasmitidos en forma manuscrita son testimonios más confiables que los impresos, se dice que la tierra óptima para la historia regional son los archivos y no tanto las bibliotecas. En México a partir del decreto presidencial sobre archivos en 1980 los historiadores empezaron a dar frutos con sus historias regionales.

La organización de los archivos mexicanos favorece mucho mas a los demás modelos de historia, sobretodo a la antiética de la autobiográfica, a la conocida por los nombres de la historia erudita, documental. Frecuentado por los eruditos son los terrenos donde se encuentran los papeles de parroquias, conventos, presidencias municipales, juzgados, notarias civiles, asociaciones lugareñas, etc.

El archivo general de la nación AGN, ha reorganizado archivos diocesanos y estatales permitiendo un usufructo no monopólico de la riqueza archivística regional. Otros archivos nacionales, son el de Relaciones Exteriores, Defensa, Salubridad, Reforma Agraria, Agricultura y el extranjero de Indias.

La historia proveniente de archivos suele ser buena narración de sucesos, así también producto de los archivos son algunas novelas históricas. En mayoría la microhistoria se ha beneficiado de los archivos, ya que se ocupa del pueblo raso y la mayoría de estos individuos producen muy pocas huellas escritas solo seis o siete momentos de su existencia (bautizo, confirmación, matrimonio, compras de casa, etc.). La historia oficial en cambio hace poco uso de los archivos, esta especie de genero histórico recupera valores del pasado para venderlos a los hombres del presente; en otros tiempos se le utilizó en la industria hacedora de santos; hoy se usa mucho más en la industria encargada de hacer héroes nacionales.

Los historiadores científicos construyen sus historias con marcos teóricos y documentos, y cada vez más con la documentación menuda de los archivos privados y locales. La historia local es concreta y materialista: toma en cuenta la vida cotidiana, es monográfica, por lo tanto su apoyo principal consiste fuentes de primera mano: archivos y entrevistas.

Debemos fundar archivos estatales y municipales en todas partes, darles difusión en la prensa, escuelas, sindicatos, etc., convencer a particulares de que los archivos públicos son seguros para guardar estos sus tesoros; dar un buen servicio en los archivos, que se cuente con guías generales, por temas, o sea, catálogos inventarios. Y lo más importante de todo es fomentar la edición de textos y fuentes, así como herramienta para la docencia de la historia en la educación básica.

La formación política de México y la construcción de su historia a ha conformado a partir del centro político y administrativo de su capital, dando como resultado una centralización económica, social y cultual. Nos legó interpretaciones y versiones de la historia pretendidamente nacionales que de hecho difunden una visión centralista de la historia del país y se piensa nacionales porque reconocen los intereses del centro y de la federación. Así también se crearon universidades e institutos nacionales en el centro, que se llamaron nacionales no porque representaran los intereses de la nación entera, sino porque el poder político les confirió ese carácter para que desde el centro se integrara el resto de la nación. Se ignoraron o distorsionaron los procesos regionales.

Museos locales y estatales e instituciones de provincia suelen programar sus actividades dentro del marco de esta concepción centralista de la historia. Los archivos es un resultado de ese proceso centralizador, además de la falta de recursos y personal. El AGN institución centralizadora de la memoria histórica ha impedido el olvido y la ausencia de apoyos a los archivos locales, estatales y regionales, pero la reorganización de muchos archivos locales y provinciales y la creación de un sistema nacional de archivos, así como la nueva generación de archivistas y técnicos a ayudado a corregir este proceso centralizador.

La riqueza, la variedad y la profundidad temporal que ofrecen los archivos locales representa la posibilidad de realizar una historia total, un análisis que abarque el medio físico, las estructuras económicas y sociales, las ideas y las representaciones colectivas y la vida cotidiana. La recuperación de la historia local y regional a través de sus propios archivos servirá para fundamentar una memoria histórica regional, una conciencia y una identidad regional.

*Basado en los autores Luis González, Jean Meyer y Enrique Florescano, información de archivos por el Archivo General de la Nación

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